DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraActualidad Microrrelato: Abanico

Microrrelato: Abanico

Abanico: Utensilio para dar o darse aire que está formado por una serie de varillas unidas radialmente por un extremo y cubiertas por una pieza generalmente semicircular de tela, papel o piel decorados [. . .]

Bloque formado. Arranca la percusión al ritmo de marcha militar. Apuras la copa y la dejas en un inmenso montón, junto a la papelera. Desde la megafonía piden que el bloque avance. Suena “National Emblem”. El cabo levanta la gumia hacia el cielo y, con su caída, arranca el bloque. Marcial. Tranquilo. Alegre. Y llega el primer escalofrío de la noche.

Es un ritmo vivo, que no requiere de zancada grande. Solo pequeños pasos, clavando la punta del zapato, apenas sobrepasado el otro pie. Juego de rodilla y cadera. Sientes el bolso, la faja y las borlas rebotando contra las piernas. “Abanico, abanico” se extiende el rumor por el bloque.

 

A la orden del cabo, giras hacia la izquierda y enseguida comienzas tu avance, tan vivo como elegante, en columna “de a uno”, abriendo el inmenso bloque en dos largas hileras que despiertan el aplauso del público. El cabo recorre el enorme vacío que ha dejado el bloque, marcando las distancias que deben quedar entre las filas. Sonríe. Sonríes. “¡Ese cabo!” Al fondo de las hileras, solo frente a los timbales, queda el cabo.

 

Marcando el paso. Firme, a zancada grande, avanza gumia en alto. Expectación máxima. Hay que cerrar. Se para. “Vámonos” grita. Y como si fueran una sola, las filas se cierran radialmente, recuperando el bloque su forma.

Los aplausos explotan. La adrenalina toma el control. Y el cabo, clavado en el centro de la calle, de espaldas al bloque, sonríe altanero. Bloque quieto. Paso marcado. Gumia al cielo. Y un “vámonos”. ¡Cómo son estos de la RAE! Primero aceptaron los imperativos con R, y ahora no saben definir “Abanico”

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