DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraMiscelánea Personajes de la Fiesta: un festero cualquiera

Personajes de la Fiesta: un festero cualquiera

1968 UN FESTERO
Hay un ejemplar de hombre que responde al genuino villenense. pues es natural que exista un arquetipo del hijo de una ciudad que posee, tanto ella como sus habitantes. suficientes particularidades que los determinan. El villenense típico. castizo, existe todavía, con su idiosincrasia. sus virtudes, y la gran humanidad de sus defectos.
Tracemos el retrato ideal de un hombre de Villena. Agricultor; fundamentalmente, ha de ser hombre del campo. Como tal, fornido, condición casi siempre inherente al campesino. Será nuestro villenero ideal, honrado. trabajador; dispuesto, si se tercia, a estar un día entero segando y «empalmar» con una noche de «riega». No más hombre que nadie: pero donde otro llegue, en cualquier sentido —que no se para en pelillos un villenense castizo— llegará él. Bebedor .., sabiéndolo beber. Jugador, sí; pero de «truque». Algo «echao p’alante»: no busca cuestiones con nadie pero no las rehúye, todavía más si está su hombría en entredicho. Generoso: presto a ofrecer su petaca, su cartera, su casa, su amistad y su compañía. Fruncirá el ceño ante retóricas y circunloquios; para él, el pan, pan, y el vino, vino. Al pronto, un poco huraño y suspicaz, circunstancias que apenas pueden encubrir su nobleza, su sinceridad y un corazón en el que cabe cualquier generosidad. Festero, claro es. De comparsa antigua o poco amiga de modernismo: Cristiano, marrueco, masero, moro viejo, contrabandista…

Es muy fácil escoger entre tantos que reúnen estas características. Hoy traemos a esta página a un festero y a un villenero auténtico: Francisco Pérez Tomás. No les dice nada el nombre, ya lo sé. Es otra condición más: el nombre cuenta poco: cuenta el apodo. Se le llama «El Perros». Encaja casi perfectamente con el retrato del genuino villenense. Sale ya muchos años de «moro viejo» Ahora. casualmente, es el presidente de la comparsa. Pero esto apenas cuenta. «El Perros» es un festero y un villenero puro, un producto de nuestra tierra, un moro viejo de los del turbante con la gallarda pluma al aire, apenas más larga que el cigarro que emerge de las clásicas barbas. Y todavía quedan muchos, como él, que represen, tan al villenense auténtico. Hace sus fiestas como todos los buenos: responde en los actos, disimula si lleva «un vaso» de más, se mantiene terne pese a cualquier circunstancia. Almorzará con los amigos las tranquilas mañanas de fiesta, después de la diana; trasegará cortésmente «lo que le eches», pero si le das a elegir, pedirá vino. Y, sobre todo, «El Perros», razón que justifica, junto a su villenerismo, el hecho de que lo hayamos elegido para representar con él al festero local en nuestra revista, tiene un acto más de fiestas que todos los demás. El día doce de mayo, puntualmente, todos los años, va a Biar. y con todas las formalidades que el caso requiere, se hace cargo. recibiéndola de manos del alcalde de la vecina población, de la efigie de Mahoma. ¡Cuidado! Todos los festeros de Villena delegan en él. En nombre de la ciudad, en nombre de sus fiestas, recibe «la Mahoma», que protocolariamente entregan los vecinos de Biar, y la lleva a su destino, al lugar donde la efigie del profeta pasa el verano hasta el día que desempeña su papel, ahora un poco en precario por mores de respetos, políticas y concilios. Y el día 8, al terminar la guerrilla, efectuará la devolución a los biarenses, desde el mismo castillo de embajadas.
Francisco Pérez Tomás es un festero más, sí. Y un villenero más. Ni más ni menos que otro. Somos todos de una tierra de hombres llanos y modestos que no valemos más que nadie. ¡Ni menos! Donde llegue otro.. llegará uno de Villena.
Alfredo Rojas Navarro
Extraído de la Revista Villena de 1968

Francisco Ribera Sevilla (Cronista JCF 2017-2019)

Cronista de la Junta Central de Fiestas de Moros y Cristianos de Villena (2017-2019)

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