DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraActualidad Acervo festero: «La Navaja de la Fundación»

Acervo festero: «La Navaja de la Fundación»

Hagamos el ejercicio de trasladarnos con la imaginación a los años 20 del siglo pasado. Al año 1923, concretamente. Es 5 de septiembre y, como cada año desde hace tantos, a partir de las 4 de la tarde las comparsas de moros y cristianos van a hacer su Entrada para recibir a la patrona, que al mismo tiempo viene en romería desde el santuario.

Este año es diferente. Es un año especial en la ciudad. Se va a llevar a cabo la Coronación de Nuestra Señora de Las Virtudes. Por tal motivo, y con el interés de engrandecer los festejos, un grupo de villeneros, en su mayoría del gremio de los comerciantes, ha formado una nueva comparsa que desfilará esta tarde por primera vez por las calles de Villena. Los Andaluces.

Junto a las comparsas de Moros Viejos, Moros Nuevos, Marroquíes, Estudiantes, Marineros, Romanos y Cristianos, va a participar en la Entrada esta  nueva comparsa de Andaluces, que aportará algunos elementos singulares y que pronto le hará diferenciarse de las comparsas más antiguas y tradicionales: un traje colorista y original, cabriolés, cabalgaduras con gualdrapas, participación femenina o el contrabando, entre otros. Pero además, hay un detalle que no pasará desapercibido al público. La comparsa vendrá precedida por el cabo Francisco Ferriz Tomás “El Moreno de la Tahona”, que portará en su mano para dirigir a la fila una navaja de grandes dimensiones a la cual girará, volteará y hará bailar al estilo de las localidades donde ya desfilan comparsas similares.

180 centímetros de madera y aleación de hierro, con decoración metálica dorada en la cacha, que en las manos del cabo se convierten en un complemento perfecto con el que baila al son de la música, saluda a los espectadores y dirige a la fila dibujando arabescos en el aire. Sin duda, uno de los elementos que más llamarán la atención y que el público comentará una vez acabada la Entrada, por lo novedoso en Villena.

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Ahora es 2019. En la Casa de los Contrabandistas, en el salón principal y enmarcada para una mejor conservación, descansa esa navaja con la que los Andaluces aparecieron en las calles de Villena hace 96 años.

De las manos de “El Moreno de la Tahona” pasó a las de su sobrino Francisco Pardo Bañón, conocido como “El Moreno de la Pipa”, que le sucedió al mando de las filas contrabandistas. Tras éste, fue Juan Ugeda Poveda “Galipienzo”, el cabo que de forma desenfadada y con un estilo propio dio uso a esta navaja al frente de los Andaluces. Por último, Antonio García-Forte Poveda, hasta mitad de los años 50, vino utilizándola en los desfiles. A partir de ese momento, los cabos se decidieron por navajas de menores dimensiones, que había adquirido la comparsa y que ya se venían luciendo junto a la antigua.

Cuando los cabos la dejan de utilizar en los desfiles, la navaja de la fundación queda exclusivamente para uso del capitán. Con ella abre el desfile de la procesión durante muchos años, hasta finales de los años 80.

En este momento, y debido a su mal estado, esta navaja queda relegada poco menos que al olvido. Al fondo de un baúl de nuestra casa, con los metales fuera de su sitio y con la imposibilidad de mantenerse abierta, pasa los años sin ser merecedora de la atención de nadie.

En el año 2009, los encargados del archivo histórico de nuestra comparsa se proponen devolverle su esplendor. Se habla con el conocido artesano local Manolo Díaz, el cual se pone manos a la obra. Tras el estudio de la pieza y valorar las posibilidades, se opta por restaurarla. Pero el estado es tan lamentable que el artesano aconseja restaurarla únicamente para que recobre su brillantez y pueda ser expuesta, pero no para ser utilizada. Así se hace, y es el propio Manolo el encargado de la restauración, que además hace de forma desinteresada y como regalo a la comparsa en el año 2010.

Así, tras miles de vueltas cortando el viento al ritmo de la música, tras decenas de manos que la han portado como orgulloso símbolo de mando contrabandista, en la actualidad reposa semiabierta presidiendo almuerzos, comidas, cenas, fiestas o reuniones. Testigo mudo del discurrir de esta comparsa, disfruta ahora desde su posición de la vida de sus Contrabandistas. Sin duda, un merecido descanso para una vida casi centenaria.

Antonio Valdés Domene

Cronista de la Comparsa de Andaluces

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