Un pasacalles diferente
Hoy amanecí temprano, me dirigí directamente aun algo adormilada hacia la ventana del salón, una sensación extraña me acompañaba desde la noche anterior sin lograr saber que me estaba ocurriendo.
He abierto la ventana y me he dejado acariciar por la brisa fresca de la mañana. Cerrando los ojos, he imaginado que llegaba a mí el olor a pólvora recién disparada, mezclada ya de buena mañana con algo de alábega. He imaginado que ya de buena mañana habría tenido algún conflicto con papá por saber cuáles son sus gafas y guantes y asegurarme que no se lleva los míos. He imaginado que me cruzaba de camino a Santiago con los madrugadores arcabuceros de otras comparsas, con su fez y su borla de colores tan característicos. He imaginado el bullicio en la calle que sin estar todavía llena podía olerse, ,palparse y sentirse ese ambiente tan propio de un día de pasacalles. He imaginado esas sensación, la que tienes con el primer disparo y sentir que tengo toda la pólvora del mundo para poder disfrutar del pasacalles sin tener que medir los gramos a cada paso (ya puestos a imaginar…).
Y entonces el estruendo de una moto a toda velocidad me ha hecho abrir los ojos de nuevo, encontrándome la calle vacía, el tráfico que circula con normalidad y alguna que otra persona haciendo recados rutinarios como si fuese un día más…
Entonces una sonrisa de nostalgia ha aparecido en mi rostro sin querer, pensando que yo y mi familia estamos sanos, al igual que esas personitas que caminaban por la calle, he pensado que como mi madre siempre dice “La salud es lo más importante”, pues sin ellas no habrá fiestas que poder disfrutar. Y simplemente con este pensamiento, he decidido sentarme a escuchar la canción de la Morenica y volviendo a entornar mis ojos, recordar todos los detalles y momentos especiales que almaceno dentro de mí, anécdotas y bromas con mis arcabuceros Nazarís, esas fotos tan típicas que las chicas arcabuceras hacemos y hemos impuesto como tradición cada año, los pequeños detalles que te hacen sonreír, y mantener esa sonrisa hasta el próximo año, que siendo responsables y optimistas no hará falta cerrar los ojos e imaginar, podremos vivirlo de nuevo, con mas fuerza que nunca.
¡FELIZ DÍA DE NO-PASACALLES!