DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Funeral de Ruperto Chapí en Madrid

El puñao de rosas

 

No hay orgullo mayor para ningún músico de la Sociedad Musical Ruperto Chapí que tocar junto con su banda ya sea en la calle o en un concierto “El puñao de rosas”. Es, de todo lo que compuso Ruperto Chapí en su fructífera carrera el himno que elegimos para que sonara, interpretada por nuestra formación, en la recogida de educandos que se realiza en noviembre con motivo de Santa Cecilia y que tanto orgullo produce a músicos y aspirantes a serlo. Pero, aunque la figura del maestro Chapí es ampliamente conocida por todos los villenenses, ¿por qué no ahondar en su vida para entender su obra?

Ruperto Chapí nace el 27 de marzo de 1851 en Villena y muere el 25 de marzo de 1909 en Madrid. Sus orígenes fueron humildes, pues su padre era un simple barbero de pueblo, pero era un gran aficionado a la música. A una edad tan temprana como los 5 años, comienza a estudiar con el director de la banda local. En un principio toca el flautín debido al tamaño de sus manos, pero más tarde toma el cornetín como instrumento, llegando a ser solista de la banda. A los 9 años empieza a componer pequeñas piezas musicales, siendo a los 17 años cuando compone su primera zarzuela “Estrella del bosque”. A los 15 años es nombrado director de la banda Música Nueva de Villena, la actual banda municipal.

Impulsado por la composición de su primera zarzuela, llena de defectos de armonía y composición, pero en la que se puede apreciar el gran talento que poseía el joven Chapí, marcha a Madrid en busca de una educación más completa en el Conservatorio de la ciudad bajo la tutela del maestro Arrieta, estudiando armonía, composición y piano y ganando unos cuantos premios de camino. Durante esta época sufrió muchas penurias económicas, sobreviviendo a duras penas con las 150 pesetas que había ahorrado y la onza de oro que le había dado su padre y teniendo que dormir muchas veces en la calle o no pudiendo comer durante un día entero. Consigue salir adelante gracias a clases particulares, composiciones que vendía, trabajos como músico en orquestas como la del teatro Variedades y diversas tareas más.

Su hermano, residente también en Madrid, enferma y Chapí y él tienen que volver a Villena para que reciba tratamiento y reposo. De camino a Villena, la frágil salud de Chapí hace que también él caiga enfermo. Tras pasas dicha enfermedad, vuelve a Madrid con 18 años y empieza a componer obras en aras de estrenarlas en teatros. A los 21 años, oposita para ser músico militar en el regimiento de artillería y gana la plaza, permitiéndole salir de su precaria situación económica y ganando prestigio de paso al hacer que la banda militar tenga éxito gracias a su brillantez y calidad. Durante esta etapa se casa con Vicenta Selva Álvarez y compone la fantasía morisca, de la cual hablaré más tarde. Gana una beca para irse a estudiar a Italia con 23 años y se marcha con su esposa Vicenta y su primera hija.

Se traslada a París a los 27 años otra vez con una beca aún más prestigiosa que la anterior, pero decide volver a España un año después, pues a pesar del ambiente plácido y bohemio de París, no cuajó con él la idea de vivir en el extranjero. Durante esta etapa se dedica a componer grandes éxitos de la zarzuela grande como La tempestad, La bruja o El rey que rabió. Tras no querer vender su obra a Florencio Fiscowich, el copista de partituras más importante de la época, éste boicoteó a Chapí, no permitiéndole estrenar en teatros ninguna de sus obras, aunque con ayuda de unos amigos, consiguió estrenar el Tambor de Granaderos en el Teatro Eslava. Esta disputa provoca que Chapí funde la hoy conocida como SGAE, una organización que permite que los artistas sean dueños de su propia obra.

Tras componer aún más éxitos, Ruperto Chapí muere en 1909, celebrándose un funeral multitudinario en Madrid, al que acudieron más de 30.000 personas, señal de cuán querido era el compositor tanto en Madrid como en Villena y en el mundo de la zarzuela en general.

Funeral de Ruperto Chapí en Madrid

Funeral de Ruperto Chapí en Madrid

La pieza que “la Soci” suele interpretar es una versión de temas que aparecen en la zarzuela homónima al formato de pasodoble, más concretamente en motivos que aparecen en la introducción de la misma Esta zarzuela fue estrenada en el Teatro Apolo de Madrid el 30 de octubre de 1902 y contó con el libreto de Carlos Arniches y Ramón Asensio, junto con la música (obviamente) de nuestro Ruperto Chapí.

A pesar de que la zarzuela, especialmente la de Chapí, solía estar ambientada en el Madrid castizo del siglo XIX, no es el caso aquí, puesto que la acción transcurre en una finca de la sierra de Córdoba. Como suele ser habitual en las zarzuelas, se tocan temas mundanos y de carácter banal en cierto modo. Así pues, se intentaba de conectar con el público tratando temas que les resultaban cercanos. En este caso y, siguiendo uno de los tópicos de la zarzuela más trabajados, la trama se centra en el amor, más concretamente en las desavenencias entre dos pretendientes y una pretendida.

Cuenta la historia de una gitana con grandes dotes adivinatorias. Pepe, señorito andaluz, Rosario, enamorada de Pepe, Tarugo, enamorado de Rosario y el padre de Rosario, con aires de grandeza. Una gitana le dice a Rosario que dos hombres se van a pelear por ella, pero vendrá a buscarla un marqués muy rico. Las amigas de rosario le dicen que el marqués será Tarugo, quien intenta embelesarla. Sin embargo, el padre de la misma quiere que Rosario y Pepe, del que la muchacha está perdidamente enamorada se casen.

Rosario le dice a Tarugo que le dé un puñao’ de rosas para arreglarse, al encontrarse Pepe alrededor. Al no encontrarlas, se las roba a la Virgen local y se pone una en el pelo. Pepe flirtea con la misma mientras Tarugo los observa desde la lejanía. En esta escena, Pepe le propone a Rosario que se fuguen juntos, a lo que la joven accede. Sin embargo Tarugo no quiere que este desenlace se produzca, por lo que intercede. Él consigue convencerla y consigue que se ella se quede con él. Para sellar este trato, Rosario le devuelve el puñao’  de rosas a Tarugo quien a su vez se lo devuelve a la Virgen.

Aunque esta zarzuela trata temas muy mundanos, su música consigue ponernos la piel de gallina a todos y cada uno de los músicos de la Sociedad cada vez que la escuchamos. El pasodoble basado en esta zarzuela, escrito también por el mismo Chapí consigue cada vez que es interpretado unirnos a todos en armonía, actuando de himno no oficial de nuestra formación y haciéndonos sentir orgullosos del mismo cada vez que es interpretado por otras formaciones.

Alejandro Mejías Moya

Cronista de la Sociedad Musical Ruperto Chapí

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