DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraActualidad Microrrelato: El sueño de la incertidumbre

Microrrelato: El sueño de la incertidumbre

Autor: Antonio López Rubio – Cronista de la Junta de la Virgen

Todo el mundo se muestra expectante en el tapete verde. A mí alrededor murmuran las miradas e intento que la presión no vaya conmigo. Observo, intento agarrar algún gesto, alguna sonrisa cómplice, algo que delate a mi adversario. Mi compañero se sincroniza, anhela encontrar ese guiño perdido. Llevamos años jugando a este pillo juego, pero parece como si nunca lo hubiésemos hecho. Hoy es una partida especial, el triunfo o el fracaso pende del hilo que la suerte que nos mueve. El destino ha querido que estemos aquí devorados por un público expectante. El fracaso está a un paso, las mieles del triunfo a una legua.

El adversario deja caer su carta, la sequedad en mi boca denota algo de nerviosismo al acariciar mis cartas. Mi compañero atisba una mirada cómplice en el rival, que le hace cambiar la jugada en el último segundo. El ambiente está cargado y el murmullo se acrecienta. Alguien manda silencio. El rival golpea con saña la mesa al depositar su carta. Imposible contrarrestarla, la diosa fortuna no me ha sonreído en esta última mano.

La excesiva igualdad me hace envidar contra las cuerdas. Al entronar esas tres sílabas, el murmullo del gentío se paraliza esperando un fatal desenlace. Suena un quiero, que rápidamente se pierde en el eco. La partida prosigue.

Comienza una transitoria segunda mano. La tensión y la incertidumbre se apoderarán de la partida en sus postrimerías. Es cierto, apenas ha surgido el tres de copas como emperatriz de alta alcurnia. Llega el momento de la verdad, “alea jacta est”, como diría Julio César al cruzar el río Rubicón. La tensión de la tercera mano obliga a jugar en silencio sus primeras cartas.

En mis manos queda la dorada manilla, quien sabe si será decisiva o traidora. Dudo entre tomar la iniciativa o esperar el fatal desenlace. Vacilo, la dejo caer sobre la mesa, a sabiendas de que se escuchará la inevitable palabra. Mi adversario esboza una leve sonrisa, alza la mirada hacia mis ojos y… ¡TRUCO!

Dudo, tengo frío, la incertidumbre me hace escuchar un pitido molesto, abro los ojos y noto una excesiva luz. Mis pupilas se hacen pequeñas, me despierto y mis brazos buscan estirarse con una boca más seca de lo normal. Hoy es viernes y comienza el campeonato del Ecuador. Hace tiempo que no duermo bien, llevo una semana seducido entre sueños embriagados de pesadillas…

Antonio López Rubio

Cronista Junta de la Virgen

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