DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraActualidad Microrrelato: Aprendiendo a escuchar

Microrrelato: Aprendiendo a escuchar

Autora: Raquel López Hernández –  Cronista Comparsa de Moros Nazaríes

-Es súper aburrida, ¡menudo tostón!, no entiendo porque insiste en seguir siendo Nazaríe sabiendo que a pasodoble nosotras disfrutamos un montón.

Rezagada escuche sin querer aquella conversación que tantos interrogantes me planteaba.  ¿De verdad era necesario chocar una y otra vez con la ignorancia de esas palabras cegadas desde un frio divertimento que me apenaba profundamente?

Y cerrando los ojos, me transporte a un lugar donde la marcha mora te elevaba hacia un lugar supremo, allí donde el sentimiento y los pelos de punta era su idiosincrasia más conocida.

Esbelta figura  que alza su vuelo elegante, tranquilo, pausado, saboreando el momento en que la gumia se alza y la tropa morisca despliega su esplendor, aquel que atrapa,  seduce e hipnotiza con sus subidas y bajadas, ese ritmo tan particular que no todo el mundo sabe disfrutar con intensidad.

Un gran sabio festero… y nazarí, me dijo una vez que la marcha mora hay que sentirla desde dentro, que no es comparable a ningún otro tipo de marcha festera, y no todo el mundo tiene capacidad para apreciarla.

He de reconocer que al principio incluso yo renegaba de ella,  y hoy sé que la razón de ello es que no sabía escuchar, la oía, si , una y otra vez…pero no escuchaba nada.  Y  entonces  ocurrió, me pare allí,  en medio de nuestra Alhambra  y cerrando los ojos escuche,  y sin saber cómo ni porque,  un escalofrío recorrió mi cuerpo.

-Así que… ¿esto es lo que se siente?- Pensé.  Me gusta. Me gusta mucho.                                                                                Había sido corto el instante en que sucedió, pero sin duda su intensidad recorrió todo mi cuerpo y desde entonces,  inconscientemente  cuando la primera nota suena, mis parpados caen y mis oídos permanecen alerta para sentir cada nota como si de la última se tratase.  Mi corazón se acelera,  y al sucederse el roce con el que el redoble anuncia su inicio, sin pensarlo mi pie izquierdo impaciente se lanza arrastrando con él una docena de medias lunas tras él.

Y ahí estaba yo, aprendiendo a escuchar.

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