Microrrelato: Despedida a la francesa
Autora: Susana Maciá Ruiz – Cronista de la Comparsa de Piratas
Aquella tarde del día 5 la conocí. La ví mientras desfilaba a la altura del Pasaje Candel. Pedro, que estaba a mi lado, saludó a su entonces pareja Josefina. Ella estaba a su izquierda y ambas reían percatadas de que por delante marchabamos. Escondía sus encantos bajo una tímida y nerviosa mirada. Era rubia y con ojos claros.
Al termino del desfile, Pedro me pidió que le acompañara. Mientras bajabamos del Portón, me fué contando quién era ella. Amiga de Josefina, venida de Francia por fiestas. -Podrias pasar estos dias acompañandonos como pareja. Yo con Josefina y tú con la francesa. -Me ofreció él.
Pensé que podría ser diferente. Se terciaba la oportunidad de tener una pretendienta, y porque no, catar mujer esas fiestas. Cuando llegamos sin presura, esperando estaban en tertulia con otras señoritas que quedaban en ir algun día a misa a ver a la Morenica, a la que tanta devoción guardan las guapas jovencitas.
Amelia se llamaba. Hablaba poco y mal, pero Josefina bien se explicaba para que de todo se coscara. Nos fuimos a merendar al Bar Flor, un ratico al Panterre y llegada la noche de verbena a la guarida, donde tomamos el primer contacto bailando bien juntos y agarrados, enseñando a aquella moza los pasos del pasodoble, porque el Vals y la Carmañola és lo único que conoce. El relente apremia y la francesa se encoge, y ahí estoy yo, vivaz para arroparla con mi pesada capa que nunca falta en esas frias noches y las mañanas de Diana.
La hicimos disfrutar de todos los actos de Fiestas. En la ofrenda la sacamos con una mantilla prestada y después aprovechada para la Procesión de Nuestra Patrona que por las calles de Villena, la acogen con amor y honra. El cariño iba creciendo, y aunque era recatada conseguí robarle un beso cuando estaba despistada y algún manoseo por debajo de la falda al cual la tonta no replicaba, pués yo creo que hasta le gustaba.
El día 10 por la mañana en tren se marchaba y fuí a despedirla triste por su marcha. Le había cogido apego en esos 5 dias de Fiestas y le prometí escribirle cartas para no perder el contacto por si algún día regresaba. Ella me dijo » à bientôt», que significa hasta pronto; y poco más pude saber, porque sólo un par de escritos recibí de su querida Francia.
Esta es mi historia de amor, en las fiestas de septiembre. Luego hubieron más, pero no tan excelentes. Es lo que pasa en estos días, que permitimos desordenar nuestras emociones, dejandonos llevar por la alegría y las tentaciones de beber, comer y otros vicios mayores.
Y es que al Pirata es un mujeriego y como dice la canción, no piensa casarse jamás y en asuntos de amor semaneros no hay una novia que les dure más.