Microrrelato: Nos lo comemos todo

El día 5 es un día especial para todos los fester@s y para todos quienes participan, de un modo u otro, en la fiesta. Pero el día 5 es todavía más especial, si cabe, para los Moros Viejos.

Es el día en el que amanecemos muy temprano para escuchar por las calles de nuestra ciudad a las Bandas de Música encabezadas por los cargos festeros enfilando hacia la Plaza de Santiago. Allí escucharemos el pregón y el pasodoble “Villena Festera”, interpretado por la Banda Municipal, preludio de nuestras fiestas.

A continuación, disfrutaremos de “La Fiesta del Pasodoble”, desfile emotivo y muy esperado por nuestros Cargos Festeros. Pero lo haremos sin perder de vista nuestro reloj porque “somos los primeros”. Aún con prisa, no podemos perdonar las tradicionales “pelotas” que prepararán el cuerpo a lo que vendrá después. Nos tocará comer corriendo para poder vestirnos y estar preparados para vivir y participar en el inicio de nuestras fiestas, un año más.

Y lo haremos viviendo desde el primer momento el arranque de nuestra esperada “Entrada”, acompañando a la Banda Municipal en ese emocionante momento entre alegrías, aplausos y alguna que otra lágrima.

Y tras el boato, ya nos toca.

Miguel Victoriano “El Tito” ya forma a redoble de caja y timbales. Los Moros Viejos marcan el paso, se empiezan a escuchar las primeras notas de nuestro “150 años de Moros Viejos”. Arranca de nuevo la entrada y, un año más, con nuestras plumas al viento, somos los primeros en comernos la Corredera.