El valioso trabajo humano que conlleva la ofrenda
Hay colaboradores, que sin ser piratas o siéndolo viven callados haciendo su faena, con mesura y con cariño por su comparsa a la que estiman y aman. Son trabajos que se suceden en los días previos a fiestas, o bien meses antes para ofrecer esplendor a su esfuerzo que sale a la calle el día de la ofrenda a la patrona de nuestra Virgen Morena.
Hablo de aquellas personas que año tras año dedican su tiempo con cierta ternura a preparar el ofrecimiento que los piratas con gusto realizan a las asociaciones necesitadas con propósito de ser con ellas útiles y solidarias.
Como iniciativa nueva emprendida el año pasado también aportamos fulgor a la ofrenda con nuestra labor artística que esperemos seguir realizando cogiendo auge con los años. Es un arduo trabajo el que ello conlleva, pues es tiempo el restado y quebraderos de cabeza. Animo a las familias que prestan su gentileza, esperando que se sumen otras muchas a esta labor intensa.
Los piratas cada año centran su ofrenda en la entrega de una enorme cantidad de alimentos no perecederos con destino al asilo y a las monjas Trinitarias además de aportar otros artículos de primera necesidad a diversas asociaciones, Alzheimer, el Cáncer, perrera municipal, etc…
El traslado de dichos menesteres suele realizarse a bordo de un gran camión propiedad de Alfonso Iñiguez, pirata relevante en la comparsa por dicha labor, pues aporta encantado su vehículo de trabajo para dicha causa solidaria.
El trabajo laborioso de prepararlo todo, es un acto muy bonito que se hace con gran cariño. Pues el tacto que se pone para dejarlo todo ordenado y que quede bien colocado, supone horas de trabajo que no está pagado. Con Alfonso colabora, una persona entrañable, como es el “Cañizares” que años lleva aportando con su gentil persona lo que puede a la comparsa.
Ambos lo preparan todo muy ilusionados, y cuando terminan el encargo lo miran orgullosos y satisfactorios. Y no es para menos, porque colocar 3000 kilos de alimentos y todos bien puestos llevan su jaleo.
Cuando se llega el final del desfile, todos los piratas al camión siguen. Desfilando en comparsa a ritmo del himno pirata, se llega al asilo y a las Trinitarias, y allí se produce el desembarco realizado por los piratas que con su inestimable presencia contribuyen al traslado de alimentos, y alegres y contentos quedan de ver los rostros encantados de las monjitas y los ancianos que felices acogen tan enorme regalo.
Esperamos que esta ocupación festera, tardéis años en dejar de hacerla y que cada año cuando lleguen fiestas, la ilusión por seguir esta tarea se demuestre en la espléndida ofrenda que cada año sale por las calles de nuestra querida Villena.
Gracias por vuestra incansable dedicación.