Domingo de Ecuador, Piratas en lata y arroz
Sin duda un día para recordar. Peculiar todo ello por la aparatosa situación de la que la medio fiesta en Villena se ha visto alterada en su tradicional domingo de Ecuador a consecuencia de la tesitura por la que atraviesa el estado del Santuario de Nuestra Patrona.
La mañana se sucede como cada año. El traslado de enseres, esta vez hasta el recinto ferial de nuestra ciudad, se hace más llevadero. Está todo a la mano y las carreras son menos. Lo primero y más apremiante preparar los montones de arena para la preparación del fuego que dará auge a las gachamigas. Mientras directiva y colaboradores comienzan la preparación de mesas que acogerán al socio que venga a degustar el almuerzo. Ya empiezan los apretones. Son 40 las gachamigas a realizar y poco el espacio para faenar. Pero si se calienta demasiado el trasero o te llevas un golpe de paleta, no pasa nada, el pirata no se enoja, se ríe de la situación y suelta un «mae mia, que aquí no cogemos «.
Hace un poco de rasca, pero poco a poco el sol achicharra. Se sucede el día y llegando iba el socio y simpatizante. Alguno llega rezagado pues apretó el día antes. Tuvimos la Entraica de Ecuador y fiesta luego en nuestro salón.
Cuando llega el momento del refrigerio, la gente se agolpa desesperada. No sabemos lo que pasa, pero se avalancha como si hubiera rebajas. Una locura de almuerzo con tanta gente comiendo. El poco espacio nos limita y no se disfruta como la comparsa esperaba. Parecemos Piratas en lata.
Al marchar la comitiva de cargos a celebrar la Santa Misa por los festeros fallecidos, nuestros arcabuceros piratas se preparan para las salvas que harán resonar su tradicional estruendo en la Plaza de Santiago, haciendo girar nuestra bandera como colofón de la Sagrada ceremonia.
Para el Pirata el día aquí no acaba. Quiere seguir disfrutando y lo hace degustando una gran paella de arroz y carne que en la Guarida se prepara. Nos acompaña el grupo Atalaya y el festero y villenero que quiere hacerlo. Y después de este evento, un feliz tardeo que acoge al que con ganas de juerga llega, y de lo bien que se lo pasa, irse a casa le cuesta.