DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraDescubriendo acervo festero Coordinación festera en la Junta de la Virgen: Año 1972

Coordinación festera en la Junta de la Virgen: Año 1972

Es de todos conocido, que la Junta Central de Fiestas en este extraño, y si me apuran hasta sorprendente 2020, cumple su cincuenta aniversario. Diversidad de actos se habían programado, pero como en aquella película de los años noventa protagonizada por Michael Keaton, y de repente…un extraño. Y de repente… el COVID-19 y con su aparición el mundo se ha paralizado. La humanidad permanece confinada, las concentraciones de personas aplazadas o suprimidas, la incertidumbre a flor de piel acompañado de un nerviosismo que campa a sus anchas. También en nuestra ciudad, en la sociedad villenense en general y en la festera en particular.

Anteriormente a estas circunstancias y felices como perdices, hace tiempo se convocó una reunión de todo este amalgama literato multidisciplinar, que suponen los cronistas de las comparsas, junto a entidades colaboradoras musicales, religiosas y demás festeras afines. Escritores y escritoras festeras que tuvimos una primera e inicial reunión de contacto y, ajenos a todo este batiburrillo de acontecimientos que vivimos en la actualidad, sentamos unas bases sin saber que a un par de meses vista, íbamos a estar de esta guisa,  “cuarenteando” y, como dice la canción, bailando sin salir de casa. En aquella reunión, se comentó seguir con esas publicaciones digitales relacionadas con el acervo festero, esa colección de artículos histórico “festeroides”, que exponen cosas propias de cultura festera y que en este singular año, estuviese relacionado con la celebración de tan importante efeméride cincuentera.

En un sorteo virtual y ante un ficticio notario, teniendo en cuenta trayectorias de viajes a ninguna parte, demostrables que no demostrados, me tocó en suerte abrir este nuevo periplo “festeril” de literatura animada, siendo el primero, para vislumbrar algún dato acerca de la creación de la Junta Central de Fiestas, desde la Asociación a la que tengo el  honor de desempeñar mi labor como cronista, la Junta del Virgen.

Suele ser gratificante quedar el primero en algo, ya se sabe aquello de que a nadie le amarga un dulce, pero he de reconocer que supone una enorme responsabilidad abrir el melón, con todos mis respetos hacia los melones. Artículos cortos pero con sustancia, algo alegres, pero que no sean la repanocha, no muy avispados, pero que digan algo…

Y en esas estamos, golpeando con saña en pleno confinamiento el teclado de ordenador, baqueteado en viejas otras batallas, intentando exprimir un limón a sabiendas de la acidez de su zumo. Lo primero y principal, sería realizar una pequeña contextualización para saber hacia dónde me quiero dirigir, una vez soltadas las amarras.

Corría el año de gracia de 1969, cuando el alcalde de Villena, D. Pascasio Arenas, que además de ser primer edil, tenía asumidas las competencias en materia de festejos y existían unas relaciones algo turbulentas con el mundo de la fiesta, mezcladas que no agitadas, que diría Bond… James Bond. Dada la situación y pasadas las fiestas, los presidentes de las comparsas le propusieron la creación de una nueva institución que pudiera mejorar lo existente, con el fin de limar asperezas y avanzar en la organización de los moros con cristianos.

Le propusieron o bien se propusieron a sí mismos que el presidente debía ser D. Alfredo Rojas. Al darse las circunstancias positivas por ambas partes, el consistorio dio su respuesta afirmativa, con la condición de que se redactaran los estatutos antes de final de ese año. El día 2 de enero, primer día hábil de 1970, fueron presentados en el Ayuntamiento. Todo pintaba bien a priori, algo estaba cambiado en el mundo festero. A partir de ahí la maquinaria comenzó a funcionar planteando nuevas iniciativas, Desfile de la Esperanza, Ecuador Festero, edición del Boletín Día cuatro que fuera

Una pregunta recurrente en aquellos momentos, sería que relaciones mantendría esta emergente e ilusionada agrupación festera con la Asociación decana de nuestra ciudad, La Junta de la Virgen. Como en la actualidad, existían y existen actos donde lo festero y lo religioso se dan la mano, y  la coordinación se muestra fundamental para ser llevado a buen puerto, sin olvidar que las fiestas se realizan en honor a la Virgen de las Virtudes. Es lógico pensar que para todas estas vicisitudes y anteriormente al año 1970, existieran reuniones periódicas entre la antigua comisión de fiestas y la Junta del Virgen, para disponer esos actos comunes. Con la creación de la Junta Central, se entiende que dichas conversaciones debieran seguir existiendo, pero cambiando el interlocutor.

Según consta en algunos documentos, en año 1967, tres años antes de la aparición de Junta central de fiestas, y con el fin de mejorar la coordinación entre ambas asociaciones, se nombraron desde el mundo festero dos vocales para que asistieran a las reuniones periódicas de la Junta de la Virgen. Dos representantes, uno perteneciente al Bando Moro y otro al cristiano, designados por los presidentes de las comparsas. Consta documentalmente que fueron nombrados y asistieron a dichas reuniones solamente en ese año, desconocemos si por no considerarlo necesario, porque la coordinación funcionaba bien sin necesidad de ningún vocal o por problemas de otro índole.

Tras esta primera experiencia fallida de intercambio de delegados, se entiende que tras la creación de la Junta Central de Fiestas en 1970, se debería producir una coordinación directa, es decir, dejar de lado la comisión de fiestas dependiente del Ayuntamiento y hacerlo directamente con la asociación presidida por Alfredo Rojas. Sin embargo no consta como tal que hubieran representantes oficiales de ambas asociaciones intercambiadas entre ellas, al menos con carácter oficial.

Esta hipótesis posee forma debido a una carta enviada desde la Asociación de Nuestra señora María de las Virtudes a la Junta central de fiestas el día 2 de septiembre de 1972, durante la segunda legislatura y siendo presidente D. Vicente Prats.

En dicha carta se agradece una visita oficial por parte del presidente de la Junta Central de Fiestas hacia la Junta de la Virgen y el intercambio de impresiones que allí se produjo. Esta conversación da lugar sin duda a esa resolución escrita, invitando, en primer lugar, al presidente de la Junta Central de Fiestas a que asista a la Asamblea General Anual de la Junta del Virgen a celebrar el 20 de ese mismo mes a las 12.30 horas en los Salones de la Parroquia de Santiago.

Se añade además en dicha misiva que, estando previsto desde 1967 que figuraran dos vocales festeros, uno del bando moro y otro del cristiano en las reuniones periódicas de la Junta de la Virgen, todavía no estaban nombrados. Prosigue diciendo que debieran ser dos “delegados” a nombrar por parte de los presidentes de las comparsas, que tendrían voz y voto dentro de la Junta de la Virgen. Se instaba a resolver este punto  a la mayor brevedad posible y que era algo, que desde la Junta de la Virgen se veía con agrado.

Ese punto no es baladí, la coordinación de los diferentes actos religiosos dentro los festeros y viceversa es muy importante para el correcto desarrollo de nuestras fiestas. Con el paso del tiempo, y mediante reforma de los estatutos de la Junta Central de Fiestas, se acordó cambiar el formato de colaboración. Quedando definitivamente como en la actualidad, un representante de la Junta de la Virgen es quien está dentro de la Junta de Gobierno de la Junta Central de Fiestas. Un gesto que favorece ese enlace necesario entre entidades, sobre todo en esos actos donde la religiosidad posee tintes festeros, donde las ideas tienen que estar ideas claras, sobre todo en esos pequeños detalles que hacen que las obras grandes sean mucho más visibles.

Toni López

Cronista Junta de la Virgen

Fotografía: www.villenacuentame.com

 

Antonio López Rubio

Cronista Junta de la Virgen

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