
1970, el final de un nuevo principio
1969 fue el año crítico de la comparsa de Cristianos. El 15 de agosto de 1969 fue el final de su curva descendente. Fue el año en que la Junta de General Ordinaria de esa fecha, tan marcada en los Moros y Cristianos de Villena, no se celebró. Uno de los socios más veteranos de la comparsa, Toni Pardo, relata como “por cuestiones personales no pude ir a la junta del 15 de agosto. Así que, al día siguiente, me acerqué a hablar con el presidente, Paco Galbán para ver qué había sucedido en la reunión”. Eran tiempos difíciles para los Cristianos de Villena, sin sede social, todo se hacía en casa del presidente. “Llegué y allí estaban Paco y su mujer y me dijeron que nadie había acudido a la cita del 15 de agosto. Estuvimos hablando más de una hora y me salí de su casa con el compromiso de convocar una nueva reunión y con el libro de cuentas bajo el brazo”, narra Pardo.
La reunión se celebró una semana después y por la importancia del tema – la supervivencia de la comparsa de Cristianos– a ésta sí acudieron los socios. La decisión fue seguir adelante pero para ello, lo primero que se necesitaba era subsanar una economía muy mermada. Así, que se acordó pedir ayuda al Ayuntamiento.
Antes, los socios debían demostrar que querían seguir adelante con la comparsa más veterana de las fiestas patronales. Con tal fin, la derrama que aportó cada uno de ellos fue de 500 pesetas. Por otra parte, y tras reuniones con el alcalde, el municipio donó la cantidad de 10.000 pesetas, que más tarde se quedaría en 8.000 para hacer frente a una sanción de 2.000 pesetas, que se le impuso a los Cristianos. Todavía faltaba un año para que la Junta Central de Fiestas naciese y la decisión de esta ayuda la tomó la comisión de las Festividades.
Además se organizó una rifa. Todas las comparsas ayudaron con la compra de papeletas y de forma muy especial, Estudiantes y Piratas se implicaron en la venta de éstas. A los Cristianos no se le olvida que han cumplido más de 175 años de historia gracias, en buena parte, a la camaradería del resto de las comparsas.
Si 1969 puso punto y final al declive de una comparsa a punto de desaparecer, 1970 fue el inicio de los mejores años para la comparsa de la cruz. Poco a poco, la comparsa comenzó a resurgir a nutrirse de nuevos socios que la engrandecieron y que insuflaron nuevas formas de hacer fiesta y apostaron por el reto de renovar a los Cristianos.
Francisco Hernández, más conocido como Paco Galbán, era en 1970 su presidente, tal y como había sido en años anteriores y como lo fue su padre, su abuelo y su tío. Su presencia significaba la continuidad, el enlace con los socios más antiguos, con las familias más arraigadas.
A la nueva directiva que se configuró en 1970 se sumaron Luis Tomás y José Antonio Azorín, dos hombres que provenían de familias cristianas pero lo suficientemente jóvenes para reconocer que los Cristianos precisaban de un cambio para seguir existiendo. Fueron el secretario y el tesorero, respectivamente. La vicepresidencia la asumió Toni Pardo, sólo hacía unos años que se había apuntado a ésta y considero que era el momento de ponerse manos a la obra y trabajar por la comparsa.
El trabajo del presidente hacía que pasará meses fuera de Villena. Paco Galbán era una institución en la comparsa y su casa fue, en 1970, y algunos años después la sede social aunque el trío formado por Antonio Pardo, Luis Tomás y José Antonio Azorín se encargó de tirar para adelante con el destino de los Cristianos contra viento y marea.
Aquella directiva se mantuvo durante años y poco a poco entrando en ella nuevos socios como José Ferri, Rafael Valdés o Elicerio García. También la engrosaron otros que provenían de familias cristianas y que decidieron apoyar a una directiva que marcó un nuevo rumbo para la comparsa como José Hernández, Tarsicio Hernández o Pascual Mullor, que a final de los 70 asumió la presidencia de la comparsa.
P.D: En 1970, la comparsa de Cristianos contaba con 19 socios activos que pagaban 720 pesetas de cuota y 58 protectores.