La Guarida siempre viva
Año 1970, esplendor de la Guarida. Sala de fiestas custodiada por la esfinge pirata que ha coronado la entrada al recinto durante los años en los que estuvo situada en la Calle Sancho Medina a espaldas del Cine Cervantes. La única, la auténtica y la mejor verbena festera por excelencia en la que la juventud disfrutaba todos los fines de semana desde el mes de mayo considerándola local de moda. Una muestra más de que la comparsa siempre está a la vanguardia de la diversión aportando una mayor grandeza de nuestras fiestas y en consecuencia del mejor ambiente en Villena de noche.
Desde los años 50, fecha en la que se puede situar el arranque de este tremendo auge de la Comparsa, han venido celebrándose las verbenas y “bailes” que empezarían a ser callejeros y que poco a poco después de un largo peregrinar, fueron adquiriendo más y más importancia quedando incluso como una actividad social reflejada en su programa de festejos proporcionando estímulo y esplendor a nuestras fiestas. El espíritu del Guardián nos ha acompañado desde el 1967 año de gestación de la Guarida por parte de la directiva “Bucanera” que por su soberbia juventud toma la decisión de reforzar la verbena de la Comparsa con la adquisición de este local.
La Comparsa de Piratas, idenficándose plenamente con la Junta Central, brindaba su Guarida para todo tipo de actividades, asambleas, reuniones, actuaciones y presentaciones. Daba cavidad a todas las edades, desde los más pequeños a mayores.
Quienes no tienen un grato recuerdo de aquella época. Ha sido lugar de encuentro y fraternidad, de historias de amistad y amoríos, de risas, de anécdotas divertidas, de refugio y cobijo para los que novia o madre olvidan cuando se divierten y disfrutan de la Guarida. Que memoria no guardará el gran pirata que con su solo ojo que infunde respeto y guardia a sido la atracción de festeros y piratas. Que ecos de deleite viendo a los grandes actuar quedaban en el aire y en la historia de la comparsa.
Las mejores actuaciones de entonces pasaban por allí. Era tan alto el prestigio que tenía nuestra sala de fiestas que atraía a los cantantes más destacados siendo costumbre contactar con los que en aquel año habían participado en la gala de Eurovisión.
En aquel año 1970 Julio Iglesias representó a España en el Festival con la canción “Gwendolyne”, con la que quedó en cuarta posición. Y la realidad de cada año quedó patente en la Guarida con su interpretación en noche del día 4 de septiembre.
Entonces no era tan conocido, ni tampoco era tan galán como ha sido durante su trayectoria sino tal vez alguna aventurilla amorosa podríamos contar pues la Villenera guapa es fácil de conquistar. La única anecdotilla bien recordada por la directiva que gestionaba su contratación es que llegó de Benidorm con mucha hambre y un bocadillo de calamares se pidió para saciarse.
Así comenzó esta gran aventura Pirata y que hasta día de hoy sigue en danza, habiendo atravesado ciertas vicisitudes pero manteniendo nuestras verbenas deleitando a nuestros piratas y a Villena para el regocijo y diversión de nuestras fiestas.
