DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraDescubriendo acervo festero Sede social de la comparsa de Moros Realistas de Villena

Sede social de la comparsa de Moros Realistas de Villena

Abriendo la calle San Benito se encuentra la sede social de la comparsa de Moros Realistas de Villena. Pero no siempre estuvo allí, si no que desde la fundación de la comparsa en 1928 ha pasado por varias sedes.

Fue en 1988 cuando se adquirió la actual -coincidiendo con la incorporación de la mujer en la fiesta-. Pero no fue tarea fácil el que los socios y socias pudieran disfrutar de esta nueva casa. El coste de este nuevo local fue de siete millones de pesetas, lo cual hacía que en aquel entonces cada socio tuviera que hacer una aportación de treinta mil. Bajo la legislatura de Antonio Gómez Torres, se aprobó la compra de esta en una junta realizada el 27 de marzo de 1987. Los asistentes a la junta fueron 97 personas y la votación finalizó con 64 síes, 28 noes y 5 abstenciones. Por lo tanto, tras una gran mayoría, la casa fue adquirida. ¿Cuál era el problema? Que esta tenía muchas necesidades sin cubrir y necesitaba ciertas reformas. La siguiente directiva que entró se dio cuenta y realizó un primer intento para remodelarla. Este equipo, encabezado esta vez por Francisco Martínez Tomás, convocó una junta el 27 de abril de 1991 y durante la misma se creó una comisión compuesta por varios socios de la comparsa para que hicieran un estudio de qué necesidades concretas tenía la casa y de qué manera y con qué dinero se podían llevar a cabo las obras para satisfacerlas.

Esta comisión estuvo trabajando durante unos seis meses -aproximadamente- en diferentes propuestas, y todas ellas se expusieron en otra junta general (celebrada en 1992). En esta se presentó un informe de las diferentes reformas a los socios, el cual fue desestimado por no considerarlo viable en esos momentos, ya que debido al modesto número de socios que nuestra comparsa poseía, el desembolso que suponían estas reformas para muchos de ellos suponía un gasto excesivo. Entonces, llegó una nueva directiva. Esta vez el presidente era Miguel Fita González. Y con ellos aterrizó también un nuevo proyecto para intentar llevar a cabo esas reformas y que estas pudieran ser asumidas por los socios. Para aquel entonces, el solar ubicado en la parte posterior de la casa iba a empezar su construcción y la empresa que estaba detrás de esto estaba interesada en los sótanos de la sede ya que querían hacer cocheras. Así que, llegaron las negociaciones. La constructora proponía derribar nuestra casa, nos realizaba el derribo, la cimentación y nos daba una cantidad de dinero para que realizáramos la obra y a partir de ahí a negociar. Se llevaron a cabo muchas reuniones con la constructora, ya que esta pretendía que la comparsa le cediera un trozo de nuestra fachada para la realización de la salida de peatones de sus cocheras. Una vez agotadas todas estas negociaciones con la constructora, el proyecto se paralizó debido a que la directiva no lo veía del todo claro y acabó descartándose finalmente por no poder llegar a un acuerdo. Nos plantamos en 1997 y, de nuevo, cambio de directiva. Gaspar Martínez Medina y su junta directiva volvieron a la carga con un nuevo proyecto, y esta vez se les daba a elegir a los socios entre derribar la casa entera y hacerla nueva desde los cimientos, o comprar otra casa nueva. Para esta segunda opción se propusieron dos locales diferentes, siendo uno de ellos una casa situada en la calle José María Soler -que como dato curioso había sido anteriormente sede la comparsa de Piratas y cuyo propietario era socio de los Moros Realistas-. Llegó el 14 de junio, y con él la fecha fin para que los socios tomaran una decisión. Junta general y discusión en la sala. ¿Qué debían hacer los componentes de esta comparsa? ¿Comprar otras casas las cuales también había que reformar y acondicionar y encima perder la inmejorable ubicación que tenía la de la calle San Benito? La idea de tirar la casa abajo y reformar desde los cimientos la ya adquirida no gustaba, pero las alternativas no eran mucho mejores. Por tanto, tras un extenso debate, quedó aprobada con setenta votos a favor y 3 en contra la reforma de la casa que ya teníamos.

Así que, manos a la obra. Las reformas comenzaron y fueron respaldadas por la promesa que se hizo a los socios de que antes de la siguientes fiestas de Moros y Cristianos, la casa estaría lista.
Durante el periodo de tiempo que la comparsa no pudo disponer de la sede social para la realización de reuniones, la asociación de vecinos del Carril nos prestó sus locales para poder llevarlas a cabo. En una junta realizada el 9 de mayo de 1998 se aseguró a todos los socios que el día 1 de agosto de ese año se procedería a la inauguración de la casa.

Y así fue. Diez años más tarde de su compra, los socios pudieron al fin verla acabada y disfrutar de ella, hasta día de hoy.

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