DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraActualidad La espingarda y el cetro, armas de mucho poder
La espingarda y el cetro, armas de mucho poder

La espingarda y el cetro, armas de mucho poder

espingarda

  1. nombre femenino
    Antiguo cañón de artillería algo mayor que el falconete y menor que la pieza de batir.

2.

nombre femenino

Escopeta de chispa y muy larga

Esta es la definición que nos aporta la Real Academia Española sobre el arma que, del 5 al 9 de septiembre, forma parte del traje oficial de la comparsa Moros Realistas. Aunque, cabe recordar, que en los inicios, nuestros antepasados no portaban esta elegante arma en sus manos, sino una lanza heredada del traje de nuestros vecinos Alcoyanos.

La Espingarda: Un Icono de la Historia y la Evolución Militar

La espingarda, un término que evoca imágenes de batallas históricas, revoluciones y conquistas, ha sido un componente integral de la evolución militar y cultural a lo largo de los siglos. Desde su aparición en la Europa medieval hasta su papel en las guerras modernas, la espingarda ha dejado una marca indeleble en la historia del armamento y la sociedad.

Antecesor del arcabuz, esta arma de fuego de cañón largo y llave de mecha fue utilizada por los españoles en el siglo XV. A principios del siglo XVI, fue reemplazada en Europa por la escopeta. Más tarde, se convirtió en un arma de retrocarga y su uso se extendió entre los habitantes del norte de África.

Orígenes y Desarrollo Temprano

Los orígenes de la espingarda se remontan a la China medieval, donde se desarrollaron los primeros dispositivos explosivos impulsados por pólvora. Estos rudimentarios cañones de mano pronto se difundieron por Asia y, a través de las rutas comerciales, llegaron a Europa en la Edad Media. Los primeros ejemplos europeos de espingardas eran simples tubos de metal montados en un soporte de madera, que se cargaban con pólvora, proyectiles y mechas para encender la carga.

Durante el siglo XIV en Europa, los armeros especializados en pólvora desarrollaron métodos, a veces adaptando ideas orientales, para reducir el tamaño de las armas de fuego a una dimensión manejable por una sola persona. Así nacieron las primeras armas de fuego portátiles, revolucionando la guerra tal como se conocía hasta entonces.

Con el tiempo, las espingardas evolucionaron para incorporar mejoras en diseño y funcionalidad. Se desarrollaron mecanismos de disparo más sofisticados, como los sistemas de llave de rueda y de pedernal, que mejoraron la fiabilidad y la velocidad de disparo. Además, se introdujeron cañones estriados, lo que aumentó la precisión y el alcance del arma. Estas mejoras transformaron a la espingarda de una herramienta primitiva a un arma de guerra formidable.

La espingarda ya tuvo su papel en la guerra de Granada, así como en las campañas italianas del Gran Capitán y que por entonces no terminaba de convencer a muchos estudiosos de las cuestiones militares. La espingarda constaba de un largo cañón sobre una cureña de madera y su funcionamiento era bastante precario; el soldado debía acercar un “palito” con la mecha para disparar. De esta manera, mientras con una mano sujetaba el arma, con la otra prendía fuego a la pólvora del fogón. Esto hacía que apuntar con este arma se convirtiera en algo casi imposible. Además su potencia de fuego no era muy alta y sólo resultaba mortal cuando el enemigo estaba relativamente cerca y la munición, generalmente bolas de piedra, alcanzaba el objetivo con la suficiente energía.

No obstante, las armas de fuego portátiles ya se habían establecido firmemente en los campos de batalla y, a pesar de sus críticos, estaban allí para quedarse. La transición de la espingarda a la escopeta ocurrió mientras ambas coexistían en el campo de batalla durante varios años. En algunas fuentes, los términos escopeta y espingarda se usaban indistintamente para referirse a la misma arma. La escopeta introdujo un nuevo mecanismo de disparo, desarrollado hacia la segunda mitad del siglo XIV, que mejoró la precisión de las armas de fuego portátiles.

Sin embargo, la escopeta pronto fue superada por el arcabuz, un arma mucho más potente aunque considerablemente más pesada. El arcabuz desempeñó un papel crucial en uno de los primeros grandes éxitos de la infantería sobre la caballería: la batalla de Ceriñola, el 28 de abril de 1503, una victoria significativa para las fuerzas dirigidas por el Gran Capitán. Los defensores de las armas tradicionales quedaron asombrados al presenciar el ocaso de la caballería acorazada frente a estas «armas del diablo”.

cetro

  1. m.Vara de oro u otra materia preciosa, labrada con primor, que usaban solamente emperadores y reyes por insignia de su dignidad.
  2. m.Vara de plata, o de madera dorada, plateada o pintada, que usan en sus actos públicos las congregaciones, cofradías o sacramentales, llevándola sus mayordomos o diputados.

Bañado en color oro, las miembros femeninas de nuestra comparsa portan en sus manos ese cetro que culmina en una media luna.

El cetro es un símbolo de poder y autoridad utilizado en diversas culturas a lo largo de la historia. En el contexto árabe, su significado y uso están profundamente entrelazados con las tradiciones, la política y la religión de la región.

Orígenes y Significado Histórico

El uso del cetro en la cultura árabe puede rastrearse hasta las civilizaciones mesopotámicas y egipcias, que influyeron significativamente en la península arábiga. En estos contextos, el cetro simbolizaba la autoridad divina de los reyes y faraones, quienes eran vistos como representantes de los dioses en la tierra. Este concepto fue adoptado y adaptado por las culturas árabes preislámicas, donde los líderes tribales y los reyes también usaban cetros como emblemas de poder.

Con la llegada del Islam en el siglo VII, el uso del cetro adquirió nuevas dimensiones. Aunque el Islam enfatiza la humildad y la sumisión a la voluntad de Dios, los líderes musulmanes, incluyendo los califas y sultanes, adoptaron símbolos de autoridad que reflejaban tanto su poder temporal como su responsabilidad religiosa. El cetro, en este contexto, no solo representaba la autoridad política sino también la guía moral y espiritual sobre la umma (la comunidad musulmana).

En la cultura árabe, el cetro ha sido tradicionalmente asociado con la justicia y la rectitud. Los líderes que portaban un cetro eran vistos como árbitros de la ley y protectores del orden. Este simbolismo se reflejaba en la literatura y en las ceremonias oficiales, donde el cetro era utilizado en momentos clave para marcar la autoridad del gobernante.

El cetro también tiene connotaciones religiosas en la cultura árabe. Los líderes religiosos y los imanes a menudo eran representados con cetros para denotar su papel como guías espirituales. Este simbolismo se entrelaza con las narrativas islámicas donde los profetas y figuras religiosas también portaban varas o cetros como signos de su misión divina.

Representación en el Arte y la Literatura

En la literatura árabe clásica, el cetro aparece frecuentemente como un símbolo de realeza y autoridad. Las historias de Las Mil y Una Noches, por ejemplo, incluyen descripciones de sultanes y reyes que llevan cetros durante sus audiencias. Estos relatos no solo reflejan el uso real del cetro, sino que también lo mitifican como un objeto de poder casi sobrenatural.

El arte islámico, aunque a menudo evita la representación figurativa directa, utiliza el cetro en formas simbólicas y abstractas. Los manuscritos iluminados, las miniaturas persas y las decoraciones arquitectónicas a menudo incluyen cetros estilizados que simbolizan el poder divino y la autoridad del líder representado.

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