DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraActualidad Bando Marroquí «Un Legado en Ruido: El Cañón y su Historia»
«Un Legado en Ruido: El Cañón y su Historia»

«Un Legado en Ruido: El Cañón y su Historia»

La historia de una comparsa es como un tesoro oculto que solo los curiosos tienen el poder de conocer. Sabemos o intuimos lo actual, lo presente, pero, ¿dónde queda el pasado? ¿Hasta dónde llega la historia?

Hoy hablaremos de la artillería más pesada del Bando Marroquí: el cañón. Este cañón, construido en el año 1903, fue fabricado por Antonio Pérez, el tío “Ericas”. Su fisonomía se corresponde a la de un cañón de avancarga, es decir, que se carga por la boca. Fue creado especialmente para hacer ruido en las guerrillas y embajadas, disparando carcasas detonantes que salían disparadas por la boca y explotaban a una distancia prudencial, sobre la vertical de los antiguos Castillos de Embajadas. Otra de sus misiones era permitir que todos los niños que pudiesen cargar y soportar el peso subieran junto a sus artilleros. En 1927, uno de los panfletos que se repartían anotaba: “… y cuando sale el cañón con todos los nenes montados, que le digan al Seturno si beben los Arrastraos”. En otro artículo, denominado “Cuento Infantil, un feliz sueño”, podíamos leer: “Como toda mi ilusión era montar en el cañoncico que sacaban, se lo dije al capitán, y el bueno del hombre va y me sube al cañón…” “Con el cañón he de hacer más ruido que nadie, porque nadie como yo quiere a mi Virgencica. Y cuando ya se nos acercaba… yo metía cada zumbido con el cañón que ardía Troya…”

Aquel cañón ha formado parte de nuestra historia arrastrá, aunque, como artilugio explosivo, tuvo una jubilación anticipada. En 1948, durante la embajada del día 6 en la Puerta Almansa, le reventó una carcasa en el interior. Esto estuvo a punto de acabar en tragedia, ya que estaba rodeado de gente. Justo después de este suceso, el cañón fue taponado y pasó a realizar los dos servicios que sigue prestando a la Comparsa hoy en día: desfilar en la Entrada y en la Cabalgata. Al perder su verdadera condición de hacer ruido, su estampa sufrió una pequeña crisis durante un par de años. Nuevamente, los Rellenos, Chimo “el Carretero”, Tomás “El Huevo”, Andrés “Seturno” y los recordados “Calañés”, amantes de la pólvora y los arcabuces, se sacrificaron personalmente para poder lucirlo en los servicios previamente mencionados. La familia Hernández “Relleno” ha sido, probablemente, la familia más identificada con el cañón.

Posteriormente, en los años 70, surgió la polémica: ¿Carroza o… qué es el cañón? La salida de carrozas en los desfiles ha estado regulada desde antaño, y desde la Junta Central de Fiestas se consideró al cañón como una carroza más, lo que llevó a quitar una de las carrozas que sí se sacaba. Después de años de desencuentro, la Junta Central descubrió que el Cañón de los Marruecos no era una carroza, sino un cañón. Según uno de los investigadores de esta comparsa, José Vicente Arnedo Lázaro, el Cañón de los Marruecos es algo “inclasificable”.

El gran valor del cañón lo hace único en el conjunto de las Fiestas de Villena, por tener una antigüedad demostrable de más de 100 años. Ha tomado parte en la Entrada desde 1903 y en la Cabalgata desde 1955, un récord que ningún festero ha batido nunca. Si la antigüedad ya es un grado en sí misma, el haber llegado hasta nuestros días, aunque sea de manera semiactiva, lo hace mucho más valioso.

Este cañón, creado antes de 1903 por Antonio Pérez «Ericas», representa al Bando Marroquí y, debido a su historia y antigüedad, debe ser preservado con gran cuidado para continuar desempeñando su papel en la Comparsa. Un papel que, por sí mismo, mantiene vivas las memorias de aquellos Arrastraos que marcharon junto a él. Al ser parte de una comparsa con más de un siglo de historia, su relevancia es innegable.

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