Se busca Nazaríe para premio
Lo bueno de escribir estos artículos es que siempre aprendes cosas sobre tu comparsa que antes desconocías. Para muestra, un botón. Porque toca hablar en este acervo festero sobre aquellas distinciones que los Nazaríes otorgamos cada año de forma interna, y para cualquier socio o socia que bien se precie de serlo, no hay mayor ni mejor reconocimiento posible que el denominado «premio Nazarí», galardón entregado a una persona vinculada con nuestra comparsa en agradecimiento a su labor festera, bien por su trabajo y dedicación en el desarrollo de nuestros días grandes, bien por su ejemplo continuo de vida y valores en torno a las Fiestas.
Sobre el premio Nazarí conocía lo justo. Sabía que mi padre tiene uno sobre la mesa de su despacho que le dieron antes de que yo naciera, que cada año leía el agradecimiento del premiado en la revista interna, que oía emocionados discursos en las presentaciones veraniegas, y que, en mayor o menor medida, siempre me sonaban los galardonados, aunque fuese de verlos por el local social compartiendo pasacalles, entradicas o almuerzos en la Tercia. Eran personas a las que, como a mí, se les ponía el cuerpo tontorrón en la Entrada cuando terminaban de salir los Realistas. Con eso me bastaba para considerarlos amigos, cómo de la Familia.
Desconocía la relación completa de premiados, aunque gracias a la guía y ayuda de festeros más versados que yo la descubrí en la revista interna del 2016 y pude completarla hasta nuestros días. Y lo que me dejó sorprendido, patidifuso, es que en la relación de premiados hubiese varios años en blanco. Que no se supiera con exactitud quienes habían merecido la distinción los años 83, 84 y 86. Y es que hasta hoy nunca se ha podido concretar con pruebas documentales quién recibió el galardón esos cursos, a pesar de conversaciones con los más veteranos de nuestra comparsa y búsquedas en los archivos. Quizás debido a que fueron tiempos algo más convulsos y menos formalistas que los actuales, en los que se entregaban varios reconocimientos distintos sin que se guardaran actas de las deliberaciones y sin que el premio Nazarí, tal y como se considera hoy día, estuviera del todo consolidado.
Así que, cómo no quiero dejar pasar la ocasión que me brinda este Acervo Festero, lanzo un medallón al aire por si resulta, casualidades de la vida (llámenlo destino o fortuna de la buena), que alguien lo recoge. Si usted conoce a ciencia cierta quién ganó el Premio Nazarí del año 1983, 1984 o 1986, ya está tardando en ponerse en contacto con alguien de la directiva Nazaríe, de la Junta Central, o conmigo mismo. No porque se les vaya a proponer un homenaje, que hoy día las placas de las calles las carga el diablo, más bien porque ni siquiera conocemos sus nombres. Y pienso que es una lástima. Me gustaría saber quienes son para, una mañana de primeros de septiembre, poder saludarlos con admiración y ganas, e igual que se hace con quienes consideras amigos, cómo de la Familia, señalar el bar más próximo e invitarlos a unas cañas.
Javier Román Beneyto
