DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Pasión festera

 

Tras un parón de dos años (lo sé, otro artículo relacionado de una forma u otra con la pandemia), Villena se vistió de gala para recibir a festeros y músicos en nuestras Fiestas de Moros y Cristianos, siendo este el evento con mayor anticipación desde hace muchísimo tiempo en nuestra ciudad debido a ese parón por causa de fuerza mayor.

Toda la ciudad de Villena comenzaba a oler a pólvora, a confeti y a música desde mucho antes del comienzo oficial de las fiestas, cosa que pude comprobar de primera mano el día 28 de agosto, día en que tuve el placer de formar parte de la comitiva de nuestra sociedad que acompañó tocando a la Virgen de las Virtudes.

Cuando llegué a la hora a la que nos habían convocado, se notaba un cierto aire de festividad, de alegría y de diversión. Es cierto que eran los momentos previos a la llegada de la Virgen y que normalmente se suele acudir a Santiago con tiempo, pero era un ambiente diferente a otros años. Se respiraba emoción y anticipación, algo que se vería en todo su esplendor cuando llegó la figura de la Morenica y todo el mundo, henchido de orgullo y emoción, se apresuró a ver a la figura.

Fue entonces cuando me quedó claro que estas Fiestas iban a ser muy grandes. Que marcarían a toda una ciudad y que nos llevaría a convertirnos en el epicentro festero de Alicante durante esos cinco días. Sin embargo, lo que también me quedó claro era que me las iba a perder y que no tendría más remedio sino que visualizarlas a través de medios de comunicación o de aquello que me contaran y enseñaran mis amigos.

Yo, aparte de ser cronista de la Sociedad Musical Ruperto Chapí, soy músico de la misma y esperaba estas fiestas con gran anticipación, como todos mis colegas. Sin embargo, mis estudios me han obligado a empezar la Universidad el día 5 de septiembre, coincidiendo con las Fiestas. Fue motivo de tristeza, pues no había nada que esperara más que tocar por fin en las fiestas de mi pueblo, pero no pudo ser desafortunadamente.

Así pues, comenzaron las fiestas con un pueblo totalmente entregado a ellas, con cabos deslumbrantes, con festeros henchidos y con músicos sacrificados a la causa pero disfrutando cada momento que la fiesta les ofrecía. La música hizo vibrar al pueblo de Villena y el retumbar del bombo se hizo notar en todos los rincones de España por muy lejos que estuviese. Fue sin duda, una de las mejores fiestas de los últimos años, acompañadas de la mejor música.

Por cierto, también salimos en la televisión nacional, eso sí, no fuimos los músicos los protagonistas, sino un caimán.

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