DÍA 4 QUE FUERA

La frase popular "Día 4 que Fuera" hace referencia a la víspera de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Hasta los años sesenta, las fiestas comenzaban el día 5 de septiembre por la mañana con la Fiesta del Pasodoble, y fue en esa década cuando se añadió el pregón de fiestas. Por eso, el día 9, después de despedir a la Virgen por la mañana y de celebrar la entrada de Nuevos Capitanes y Alféreces; y el intercambio de bandas, por la tarde, la gente decía popularmente "día 4 que fuera", expresando así su deseo de que las fiestas empezaran de nuevo ese mismo día, es decir, que o terminaran.

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Día 4 que FueraActualidad Las armas son una extensión del Alma del Guerrero
Las armas son una extensión del Alma del Guerrero

Las armas son una extensión del Alma del Guerrero

Las armas son una extensión del alma del guerrero. (RISUKE OTAKE)

Ana Beatriz Gómez Alpañés. Cronista de la Comparsa de Andaluces.

   Segundos antes de que un pasodoble comienza a brotar del pensamiento de un músico en “La Losilla” un día cinco, justo en ese momento; el cabo se queda inmóvil, mira su navaja y sabe que está a punto de crear historia, de forjar un recuerdo para siempre en el público, en sus compañeros de fila y en su propia vida. Es ahí cuando la conexión con su arma se funde, como dice la cita que da título a este artículo; en uno solo.

   Y es que después de indagar por el origen de cómo llegan esas armas festeras a las manos de los elegidos cabos, hay historias de legados, de familia, de amores y de retos superados.

Aquí un ejemplo:

 “Desde que empecé de cabo allá por 2004, nunca había tenido mi navaja propia hasta que esta, llegó a mis manos hace dos navidades.

Mis padres coincidieron con Mateo Díaz, uno de los cabos veteranos y de los artesanos más conocidos de las fiestas de Villena. Y mencionándole que tenían un hijo cabo, les quiso enseñar una navaja que tenía en su taller y nunca había ofrecido a nadie.

Mis padres sin dudarlo, pensaron que esto sería algo que me haría mucha ilusión, tener mi propia navaja, y la verdad, que dieron en el clavo.

Las pasadas fiestas fue la primera vez que desfilaba con ella y no sé si algo tuvo que ver, pero la Junta Central de Fiestas me otorgó el premio a Mejor Cabo Masculino del Bando Cristiano. Así que, espero seguir desfilando con ella y rodarla al son de nuestros pasodobles durante muchos años más.” (Dani Carrión)

   Sin olvidar que el fin de un arma es proteger al soldado y atacar al enemigo, las armas están rodeadas de un aura casi mística.

Nuestras navajas, arcabuces, trabucos y fustas tienen diferentes orígenes que se unen para extender nuestra  fiesta de Moros y Cristianos.

Lo primero que necesito saber antes de indagar en nuestras raíces armamentísticas  es de qué manos y de qué lugares provienen las armas de la comparsa y, por ello, visito la única Fábrica de trabucos, arcabuces y navajas que hoy en día sigue en España registrada oficialmente en el banco de pruebas.

Se trata de “El Rojo” en Caudete. Una empresa con la tercera generación descendiente de “el Rojico el hornero”, mote de Manuel Martínez Vinader y que me muestra su nieto David.

¡Qué sencillo me resultó comprender que estas armas ya tienen en sí mismas la magia que llevan a los brazos de los cabos!

Los trabucos y arcabuces nacen  en una fragua de carbón, y como siempre, al rojo y junto a un yunque, el hierro se remacha, tornea, cilindra, taladra y se fresa en la espera del pistón y de la boca postiza.

En la zona de montaje, la base de madera de nogal o de haya es serrada y recoge la forma deseada hasta meterle los herrajes, la llave y el martillo percutor, y, en la zona de acabado los arcabuces se ornamentan con los detalles y los grabados .

   Este artesano nos habla de la importancia del buen mantenimiento del trabuco cada año al acabar las fiestas para evitar futuros accidentes, ya que la pólvora lleva azufre y este es corrosivo, enrobinando el hierro y pudiendo ensanchar peligrosamente las chimeneas,o produciendo la rotura de las roscas.

Nos muestra la diferencia entre trabucos, con boca ancha y culata más redonda, y los arcabuces, con boca más estrecha y culata más estrecha. Deduzco por las fotos que tenemos de nuestra fundación, que nuestras primeras armas fueron arcabuces, aunque ahora los suelen utilizar más en el bando moro y nosotros utilizamos trabucos.

 

Me explica los tres diferentes modos de disparar: con un asa, como se tira en las fiestas de moros y cristianos de Caudete,al suelo como en Alcoy el Cop y, en el resto de poblaciones como Villena, hacia arriba.

Y por fin, porque es lo que más me impresiona, me indica las partes y tipos de navajas.

Se fabrican de 140, 160,180 o 200 centímetros como las que hacen para Alcoy, Bocairente y Onteniente entre otros.

Sus partes son la cacha de madera, la hoja y el muelle. Me resalta la importancia del equilibrio del peso entre las dos partes de la navaja para no dañar el brazo del festero al realizar la fuerza siempre en la misma dirección.

Salgo de aquella empresa habiendo aprendido muchas cosas que ignoraba, como que lo que solemos llamar arcabuces, en realidad son trabucos, y, comienzo a rememorar mis vivencias con los mismos.

   Recuerdo aquellos arcabuces de madera que casi desde sus inicios se utilizaban en las Fiestas de Villena en la comparsa por su poco peso para desfilar y que en la procesión iluminaban las calles con pequeñas bombillas.

También recuerdo trabucos que he visto en la comparsa colgados en la pared de cuando se tuvieron que comprar cuatro en los años ochenta para favorecer que los arcabuceros se animaran, ya que la escuadra de Calabreses se habían hecho cargo hasta ese momento de disparar, pero por situaciones personales dejaron de hacerlo y, recuerdo de un modo especial “La navaja de la fundación”.

“ La navaja de la Fundación” fue llevada por  el cabo Francisco Ferriz Tomás “El Moreno de la Tahona”, desde el primer desfile de nuestra comparsa en 1923, y donde se expone con orgullo en nuestras vitrinas para preservar su conservación. Tiene 180 cm de hoja y decoración metálica dorada en la cacha.

Se te ponen los pelos de punta pensando qué pensaría aquel muchacho cuando, por primera vez arrancase a desfilar aquel día 5 de septiembre hace cien años.

 

Respecto a las fustas que llevan nuestras socias provienen de un hecho inesperado y a su vez afortunado.

 No eran estas fustas las armas que se diseñaron originalmente para nuestro traje femenino, sino que eran unas navajas de madera según me cuenta Virtudes Barceló . El hecho fue que no dio tiempo a fabricarlas y hubo que pensar en una alternativa. La primera idea fue una flor como una rosa y, tras la sugerencia de Beatriz Domene y Gela Pardo, influenciada muy posiblemente por la afición a los caballos de su marido y de su suegro, Elías García Hernández ,fueron las fustas de doma las armas elegidas para tal fin.Se pidieron en Salamanca y llegaron a tiempo, siendo del agrado de las socias y decidiéndose por ellas definitivamente.

   La fusta es un ayuda del jinete para enseñar al caballo a que debe de responder a sus piernas .Se utiliza solamente como última estancia y nunca como castigo.

 Hay varios tipos y de diferentes materiales, como fustas cortas para salto,fusta general o de paseo, de longitud mediana para salir al campo o trabajar el caballo en la pista y las fustas de doma más largas para el trabajo específico de doma clásica.

    Nuestras fustas son las cortas o también llamadas de paseo, tienen 70 cm de extensión y  correa para sujeción.Las cogemos por la empuñadura con la mano izquierda  junto con la correa.

Están realizadas con cuero en la empuñadura y correa, estructura de fibra de vidrio recubiertas de nylon y remachada de metal.

Y como siempre volvemos a circular desde nuestros orígenes hasta nuestro presente, vuelvo a la realidad conociendo la cantidad de dificultades que tenemos cada vez más con los arcabuces, la pólvora y la burocracia.

   Me consta que hay nuevas alternativas como los arcabuces de chispa de gas o  los de poliuretano de alta intensidad, incluso llego a pensar que quizás con el tiempo, los arcabuces hieran la sensibilidad de alguien y terminen por prohibirse y, creo que poco a poco nuestra historia y nuestra evolución festera perdería su aroma: aquel olor que invade las calles mientras disparan o después de mojarlas tras su paso. Perderían su sentido del oído sin esas salvas o esas embajadas atronadoras y, perderían su sentido de la vista sin esas llamas humeantes.

Espero que ese momento nunca llegue, porque perderíamos nuestra propia esencia.

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